domingo, 20 de abril de 2008

El fantasma de la PSU



Andrea Naranjo, Doctora en Psicología

La PSU se convierte para los jóvenes, tanto de la actualidad como desde sus comienzos como PAA, en el gran fantasma que circula en sus últimos años de colegio. Los jóvenes comienzan a pensar en su futuro como una amenaza más próxima de lo que se supone en realidad es, y se preocupan de distinta manera.

Ahora bien, la pregunta sobre ¿Qué produce en los jóvenes la PSU? podría resumirse en una serie de reacciones que son distintas para los hombres que para las mujeres, y también son diversas según el sector socioeconómico y cultural en el cual se encuentran. Si bien, dado un somero estudio puede decirse que los hombres enfrentan ansiedad, mucho nerviosismo, miedo a fracasar, y una posibilidad de ganar dinero, entre otras cosas. Para las mujeres hay unas pequeñas diferencias, si bien presentan la misma ansiedad, también se definen como angustiadas frente al proceso y se preocupan por el ambiente donde van a estudiar, es decir si podrán acceder a una universidad tradicional o privada, además de esto las mujeres más que los hombres, tienen miedo de defraudar a sus familias e incluso a ellas mismas. Así todo hay un porcentaje menor, en ambos sexos, que no se preocupa en demasía y simplemente prefieren tomarse el siguiente año después de cuarto medio como un "año sabático".

En conclusión podemos decir que las mujeres son un poco más realistas que los hombres, ya que para ellas también hay preocupaciones económicas, sin embargo para todos de la prueba depende su futuro.

Pero así y todo, se debe consignar un fenómeno particular de los últimos años, y que es el siguiente: los jóvenes hoy en día consideran que ya no es tan importante la prueba, es decir; se relajan mucho más y se preparan menos, ya que cada año es más fácil entrar a una universidad privada que a una estatal. En este sentido, en la decisión de los jóvenes al escoger la universidad se observa un fenómeno particular, a saber: se fijan en las comodidades que la Universidad a elegir les pueda entregar más que en la calidad de la enseñanza que les pueda brindar.

Aludiendo a los sectores socioeconómicos medio-bajos se suma otra preocupación, esta es que si van a poder o no estudiar en una Universidad. Desde este lugar, hay algunos que ni siquiera se hacen el ánimo de dar la prueba, ya que no tienen como costearla, por lo cual trabajan por un año y después se pagan un preuniversitario o simplemente dan la prueba al año siguiente.

Por otra parte, en los sectores socioeconómicos altos hay poco esfuerzo e incentivo, todo lo quieren fácil y por sobre todo falta preocupación y responsabilidad en lo que se hace.

En conclusión es difícil definir lo que es para todos el enfrentar la PSU, sin embargo se concuerda en que es una prueba y más bien una situación complicada, angustiante y que los coloca en un lugar que muchas veces no se hace fácil enfrentar.

Se podría decir que para enfrentar todo este escenario de múltiples reacciones emocionales y cognitivas, en las que van implicados procesos afectivos, familiares, vinculares, entre otros, se debería tener un cierto grado de madurez que quizás no se tiene a los 18 años. Para ello se hace fundamental entregar, tanto a nivel educacional como familiar, herramientas que permitan el desarrollo de las capacidades, pero también de los procesos afectivos que se ven involucrados en la toma de decisiones tan fundamentales.

No basta con los tests vocacionales, ni los preuniversitarios, es necesario asistir psicológicamente a los jóvenes, en sus respectivos colegios y liceos, para enfrentar el proceso que viene y que no termine éste en un fracaso personal ni académico. También la familia juega un rol principal, es importante que los padres comprendan que para sus hijos no es fácil tomar una decisión que muchas veces no concuerda con las expectativas que se han formado irracionalmente de sus propios hijos, hacerles ver a éstos últimos que en la vida no todo depende de la carrera a elegir, que se cuenta con el apoyo de los seres queridos. El grupo de pares también influye mucho en este sentido, son los mismos jóvenes que a través de sus miedos, identificaciones, logros, fracasos y conversaciones se convierten en el apoyo más firme que pueden ellos mismos tener, donde pueden soportar los procesos que a veces -creen ellos-, solo ellos mismos entienden de manera cabal.

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